Cap.1

Nebulosa en la mente, que dispara memorias y fantasías sin sentido, descifra todo en el momento pero no puede atar cabos sueltos. Tobías despierta, queda con el aliento del sueño que se desvanece. No provocó sobresaltos como en ocasiones anteriores.

Sacude su cabeza, el sueño es algo que considera sagrado sea donde sea.
Huyó de su casa, pues sospecha que su padre es un pederasta. No deseaba irse, pues su madre era lo único mas valioso que quedaba en su corta vida y ella lo obligo a marcharse con un par de prendas; ella no podia darle más nada: solo protegerlo del padre que viviendo del sigilo, actúa amparado en las sombras. Se recuerda de ella y rompe inmediatamente en llanto, se percata de aquello y lucha día a día para controlar sus sentimientos.

Se levanta de las hojas y contínua su peregrinaje. Lo acompaña un día nublado y teme que la lluvia pueda caer en cualquier instante.

Está acompañado solo de su sombra, que poco se distingue en su recorrido, con un atuendo corriente, camisa a cuadros, pantalones y unas zapatillas, desgastados por el trato inclemente del jovenzuelo. Muchas cosas ignora a sus 16 años, pues de enseñanzas nada supo. Fue al colegio de donde vivía, pero era solo un paseo que terminó por abandonarlo y no asistir más.

Vívía de la violencia constante de sus progenitores que calaron hondo en su personalidad, transformandolo en un ser poco menos violento y resilente a cualquier persona, sumandole a esto la condición púber que genera el desorden hormonal, muchas veces ocurren trastornos sicológicos que lo llevan a ser dominado más por instintos que por la razón.

Desde Teodoro Schmidt ha caminado mas de 15 kms. y ha mendigado mientras puede. Sabe que este capítulo de su vida es algo fuera de lo común, sabe que nadie lo va a buscar y que en un tiempo más nadie sabra de su existencia. De esto comienza su mente a deambular en pasadizos de conjeturas y pensamientos que generan proyecciones que él entiende como ilusiones, pero su pesimismo derrumba todo intento de generar energías para dar cada paso hacia la ciudad o el pueblo más cercano.

Se ve acompañado de una navaja suiza, que robó de su padre, un morral con un par de prendas, un libro, un lápiz y un par de baquetas. Estos ultimos podríamos pensar que serían inutiles, pero el sintió que debía llevarlos. Nunca ha tocado un instrumento de percusión, solo ese par de astillas que un día su hermana, fallecida hace 5 años, le obsequió en respuesta a su afán por estos instrumentos, en especial la batería.

Ya van 17 kms. recorridos y no llega a Barros Arana. Agradece haber pasado por una casa y haber encontrado una botella con el cual llenó de agua en una manguera descuidada, pero eso fue hace 10 kms. y de agua, queda la nada misma. El camino es tierra, maleza y viento, cada vez más helado y acompañado de un cielo cada vez más oscuro por las nubes que se avecinan con serias intenciones de complicar su paso. Necesita encontrar un refugio lo antes posible. Encuentra un granero, pero está cerrado. A su costado un corral de chanchos y en el fondo un potrero maltraído. Encontró un rincón, y se dispone a dormir: dormir, mientras pueda.

continuará...